«contar cuentos»

Quién no ha escuchado alguna vez un cuento, una historia extraordinaria, de la mano de un adulto, de su abuelo, tío o pariente cercano dado a estos oficios.

Quizás sea éste uno de los oficios más antiguos del mundo y ya desde niños nos adentran en este mundo fabuloso, el de los relatos orales, y sin saber cómo nos

adentramos en este universo como una necesidad constante de que nos cuenten historias que nos transporten  a esos otros mundos, para traspasar las fronteras

 de lo cotidiano, de lo real, en suma de lo efímero. Porque a veces no basta sólo la vida, la que vivimos, sino poder sumergirnos en ese cristal de fantasía, para seguir

escuchando, aprendiendo, para entender lo inentendible.

Cuando empezamos ene el taller Literario yo estaba convencida de mis inclinaciones poéticas, al menos durante un tiempo fue así; pero alguien se encargó de hacerme

descubrir esas otras inclinaciones ocultas del cuento o relato corto. Ahora estoy convencida  de que trabajando en ello quizás sea lo que más me gusta cuando escribo; y 

siempre me asombra esa capacidad innata de llegar a superar e incluso romper las fronteras del tiempo en el relato corto.

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